El traductor es una profesión muy interesante, pero no todo el mundo puede serlo. Por supuesto, se requiere tanto algunas habilidades específicas como aptitud para los idiomas extranjeros. ¿Cuáles son esas habilidades específicas? ¿Qué características debe tener un traductor de idiomas? En primer lugar, debe tener la capacidad de leer, escribir y hablar correctamente en un idioma extranjero. Tiene que tener muy buen conocimiento de idioma extranjero. Esa es la base. En este momento muchos dirían que esto no es nada nuevo y todo el mundo lo sabe. Sin embargo, parece que no del todo. El traductor también debe ser honesto, confiable, comunicativo y flexible…y son sólo algunas de sus características. A continuación se presentará otros rasgos de un buen traductor para que sea capaz de realizar competentemente la traducción de un idioma al otro.
Al igual que no todos al mismo
modo pueden aprender y utilizar otro idioma extranjero, no todos los lingüistas
pueden llegar a ser un traductor. Es obvio que no sólo debe tener conocimiento
y habilidades lingüísticas, sino también tener unos específicos rasgos de
carácter, los rasgos de personalidad, y ante de todo, saber utilizar la lengua materna de modo perfecto. La
traducción que no será satisfactoria si el texto está traducido sin respetar
las reglas de la gramática de la lengua de destino. Los errores de ortografía,
incoherencias en la estructura de las oraciones y las incoherencias del estilo son inadmisibles en el trabajo de traductor.

Así podemos destacar algunas
predisposiciones universales, que deberían caracterizar a cualquier traductor. Al
principio, es escrupulosidad y exactitud durante del proceso de traducción.
Estos dos rasgos son importantes ya que permiten expresar de manera precisa el sentido
de los términos individuales o frases enteras. Cada de nosotros, incluso en
situaciones cotidianas se ha encontrado con la traducción que dejaba mucho que
desear. Pues, dos libros iguales, traducidos por dos personas diferentes pueden
tener una connotación o interpretación diferente.
En segundo lugar, el esmero y la fiabilidad son los elementos importantes incluidos en la característica de un buen traductor. Incluso aun la mejor traducción no será valorada altamente si no se la realiza a tiempo y no cumple las directrices que figuran en los contratos con los clientes.

Como podemos ver, un traductor
meticuloso debe poseer una serie de varias características que le permitan
trabajar de manera eficiente y conseguir la más alta calidad de traducciones. A parte de las habilidades relacionadas con el conocimiento de su
lengua materna, su gramática y estructura de la oración, debe enterarse a los
cambios que se producen la una lengua extranjera - el conocimiento de los
dialectos, dialectos, las jergas o lenguaje profesional puede ser muy útil,
sobre todo cuando un texto - por ejemplo, la literatura de aventuras - ha sido
diseñado como una estilización, y los personajes "hablan" de una
manera concreta y específica. Cada uno de estos elementos hace que la
traducción se acerca al tono del original y se convierte en un ser vivo, por lo
que es más fácil para los lectores a leerlo.